Peligra cuarta parte de lenguas indígenas de Brasil

La cuarta parte de las 154 lenguas indígenas aún vivas en Brasil está amenazada de muerte, ya que cuentan con menos de un centenar de hablantes, alerta un inventario realizado por un centro estatal de estudios antropológicos.

 

Lo más grave es que es imposible determinar cuántas lenguas ya murieron desde la llegada de los colonizadores portugueses a Brasil en 1500, según el estudio del Museo Paraense Emilio Goeldi, un organismo vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología.

“Brasil es uno de los países con mayor diversidad lingüística de América gracias a que cuenta con 154 lenguas aún habladas, pero el número era mucho mayor y no sabemos cuántas desaparecieron sin que quedaran registros” , dijo a Efe la lingüista Ana Vilacy Galucio, investigadora del Museo Goeldi y que coordinó el estudio.

“Y muchas de las lenguas aún vivas están amenazadas con desaparecer, ya que cuentan con muy pocos hablantes, en su mayoría ancianos, y a que las nuevas generaciones no están interesadas en aprenderlas. La tendencia a mediano plazo es que esas lenguas desaparezcan” , agregó la antropóloga.

Según datos del Censo de 2010 divulgados este mes por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, tan sólo un 37,4 % de los 896.917 brasileños que se declararon como indios habla la lengua de su etnia y únicamente un 17,5 % desconoce el portugués.

El censo también reveló que el 42,3 % de los indios brasileños ya no vive en sus reservas y que el 36 % se estableció en ciudades, en las que el dominio del portugués es prácticamente obligatorio. De los que no están en las reservas, sólo un 12,7 % habla su lengua.

Galucio aclaró que el inventario del Museo Goeldi considera como amenazadas las lenguas que tienen menos de cien hablantes pero que el número sería muy superior si se adoptasen los criterios internacionales, que definen como en peligro a las que tienen menos de mil practicantes.

De acuerdo con el inventario del Museo Goeldi, más de la mitad de las lenguas indígenas de Brasil tiene menos de mil hablantes.

“La situación es crítica para la mayoría. Algunas tienen menos de diez personas que aún hablan su lengua” , según la especialista.

El censo de 2010 contabilizó 305 etnias indígenas en Brasil que hablaban 274 lenguas.

El Gobierno reconoce que esos números superan los calculados por la estatal Fundación Nacional del Indio (Funai) , lo que atribuye a subdivisiones que los propios indígenas desconocen.

El inventario del Museo Goeldi es aún más estricto y limita a 154 el número de lenguas, frente a las 180 con que trabaja la Funai.

El estudio cita como ejemplo el caso de los Gaviao, una etnia en el estado amazónico de Rondonia a la que se le atribuían cinco lenguas, pero que, tras los análisis lingüísticos, se descubrió que practica cinco dialectos derivados de la misma lengua.

El inventario incluye hasta la lengua de los Xipaia, una etnia asentada en el estado amazónico de Pará y de la que sólo quedan dos ancianos que hablan la lengua autóctona.

Galucio alerta que la principal amenaza de las lenguas no es el reducido número de personas que la hablan sino la falta de uso, ya que los ancianos que la conocen, sin tener con quien practicarla, comienzan a olvidar el vocabulario y la gramática.

El caso de los Xipaia es nuevamente ejemplar ya que la población es elevada pero las nuevas generaciones fueron alfabetizadas en portugués y los dos ancianos que hablan la lengua no viven cerca.

Según el Museo Goeldi, con la muerte de las lenguas también se pierden conocimientos culturales, económicos y hasta medicinales, que ya no pueden ser transmitidos por los ancianos debido a que no tienen cómo comunicarse con los más jóvenes.

“Por eso es importante documentar y tener registros en audio y vídeo de esas lenguas” , asegura Galucio, quien ha coordinado proyectos para registrar en grabaciones lenguas amenazadas y crear escuelas bilingües en las aldeas.

La antropóloga citó el caso de los Puruborá, una etnia también en Rondonia con 800 integrantes de los que sólo 4 hablan su lengua, que fueron beneficiados con un proyecto de preservación de la lengua.

Además de registrar en grabaciones las conversaciones de los cuatro ancianos, los antropólogos elaboraron un vocabulario básico y montaron una escuela de la lengua en una aldea de los Puruborá.(eluniversal)

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