Mariela Castro elogió el Barrio Rojo de Ámsterdam

La forma cómo se llevaba la prostitución en el Barrio Rojo es motivo de elogios. A pesar de críticas recientes, expertos en sexualidad del mundo, como la cubana Mariela Castro Espín, sólo tenían buenas palabras sobre cómo los holandeses intentan reducir las consecuencias del negocio del sexo.

 

 

 

“Después de ver esta experiencia, admiro y respeto el modo en que han encontrado una manera digna de hacer su trabajo sexual y de hacerse respetar”, comenta la hija del presidente Raúl Castro quien realizó una visita guiada al Barrio Rojo de Ámsterdam y pudo de primera mano conocer los detalles del ejercicio de la prostitución en la famosa zona turística.

Castro Espín preside el Centro de Educación Sexual de Cuba (CENESEX) y a fin de octubre se encuentró en Holanda para asistir a un seminario sobre sexualidad. Ella comentaba que cuando en 1959 triunfa la revolución en Cuba, un aproximado de 100 mil personas ejercía la prostitución, la mayoría mujeres, doblemente explotadas por su condición de género y de clase. “Había también hombres explotados y se estableció entonces en la ley que la penalidad se le aplica al proxeneta. Hombre o mujer que se dedica al trabajo sexual es víctima de este tipo de trabajo”.

Después resurgió otra modalidad de prostitución en Cuba, en la década del 90 debido a la crisis económica, pero de otra manera. Ya no se trataba de personas explotadas, sino hombres y mujeres con un nivel de instrucción hasta universitaria que, en la mayoría de los casos, se auto gestionaba su negocio. Esto no es un negocio avalado, ya que en Cuba no se reconoce como trabajo la prostitución. (rnw.nl)

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