Todas las actividades de la Cumbre de los Pueblos tuvieron como tema central “Por la Justicia Social, Solidaridad Internacional y Soberanía de los Pueblos”. Los dos eventos comenzaron el último viernes (25) y se extendieron hasta ayer.
La declaración final del evento hizo duras críticas a la relación entre los países de la Unión Europea y los de América Latina y el Caribe que, la mayoría de las veces, viene priorizando las ganancias de los inversores en detrimento de los derechos de los pueblos de la región. Prueba de esto son los acuerdos comerciales o bilaterales que no presentan mejoras a la población y enriquecen a los gobiernos ya ricos.
“Es así que estos Estados mercantilistas, las transnacionales y las corporaciones continúan siendo administradores de la pobreza y de la desigualdad social en el mundo, amparados en algún tipo de democracia representativa, en manos de la elite, que se distancia de los intereses de las grandes mayorías de nuestros pueblos”, se afirma en el documento.
Privatización, mercantilización de los servicios públicos, precarización del trabajo, desplazamiento forzado de pueblos originarios, saqueo de los recursos naturales, crisis ambientales, conflictos por tierras. Éstos son también señalados como frutos de la pésima condición de sumisión, donde los países menos desarrollados son además los principales perjudicados.
Aún con este panorama, la Cumbre de los Pueblos 2013 resaltó que los movimientos sociales organizados, cada vez más, han mostrado a qué vinieron. Sea protestando, demandando sus derechos, resistiendo la usurpación de su soberanía, las poblaciones se muestran en lucha constante ante el capitalismo. Y como esta fase ya está sedimentada en varios países de la región latinoamericana y caribeña, la propuesta ahora es seguir hacia otra etapa: la de políticas públicas efectivas emanadas de esa fuerza popular.
“Los derechos y bienes naturales arrebatados a nuestro pueblo deben ser recuperados mediante la nacionalización del sentido comunitario de los bienes y servicios, de los medios de producción y del reconocimiento constitucional de la naturaleza como sujeto de derecho. Esto implica pasar de ser resistencia y movimientos reivindicativos a una alternativa que contenga una propuesta político-social integral de país”, se señala en la declaración final.(adital)